No existen modelos perfectos y absolutos, porque no existen personas iguales, cada persona
es única y es por eso que la psicoterapia al día de hoy propone tomar herramientas de las
diferentes ramas de la psicología e integrarlas, para justamente contar con un abanico más
amplio de posibilidades que permitan no solo una comprensión mayor de las personas que
vienen a terapia sino de estrategias más adpatadas a sus necesidades y estilos de
personalidad.
No podemos encerrar a todos los seres humanos en un cuadrado, y eso es lo
que hace tan especial a la psicología y el ejericio de la psicoterapia integradora.
Sobre el Trauma
El trauma puede ser cualquier experiencia pasada, donde nuestras capacidades para procesar dicha situación o evento, se han visto sobrepasadas y que repercute en nuestra vida adulta de alguna u otra forma, tanto en la relación con nosotros mismos, como con los demás a nuestro alrededor.
Al ser una experiencia tan fuerte o dolorosa, la única forma que logramos de procesar la información que conforma ese suceso, es fragmentándolo; es decir, poniéndolo en partes diferentes de nuestra memoria; a manera de imágenes, sensaciones y creencias que nuestro cuerpo expresa pero que como no está en nuestra consciencia, no es tan fácil saber de qué se trata o de dónde viene.
Esto se puede observar a manera de pesadillas, tensión muscular, malestar estomacal, sobresaltos, estado de alerta constante, dificultad para relacionarse con los demás, irritabilidad, dificultad para concentrarse, fatiga; cada uno tendrá formas diferentes de experimentarlo.
Para poder sanar esta herida es importante darnos cuenta de que algo nos ha sobrepasado o nos ha lastimado de manera constante y poder permitirnos estar acompañados en ese proceso y así lograr reparar y sanar.